nunca entendí una cosa, ¿por qué las personas tanto se enojan o sufren por sentimientos como el amor o cosas así? si yo te quiero, te diré te quiero y si tu no me quieres, me dirás no me quieres y el cielo seguirá siendo azul, los días de la semana seguirán siendo siete, seguirá habiendo colas en el banco, seguirá habiendo fábricas de chanclas, seguirán existiendo coches rojos, amarillos, verdes, rosas y morados, el sol seguirá llamándose sol, seguiré respirando y seguiré siguiendo. ¿entonces por qué esa melancolía tan contagiosa? me esconderé en un almendro y desde ahí intentaré pescar la tristeza esa amorosa de las personas que pasen por alrededor. hay algunos que tienen sus penas en el bolsillo escritas en un papel, pues les robaré dichas penas y reciclaré ese papel para que se convierta en un nuevo almendro donde puedan trepar más pescadores de penas y ya, hay otros que tienen las penas en el corazón, y aunque sea tarea más difícil, intentaré extraerles esa tristeza convirtiendo mi caña de pescar en sangre con alguna varita mágica sacada de cualquier cuento de hadas, y nada más llegar al corazón, este bombeará sangre con nuevas penas que se mezclará con esa sangre ficticia, y en vez de circular por las venas y llegar al resto del cuerpo, saldrá por el ombligo en forma de aire y volverá a convertirse en caña de pescar y las penas se transformarán en notas musicales. hoy creo que el mundo sería más bonito si todos supiesemos ser felices. pero parece que nos gusta sufrir, maldita sea, nos gusta sufrirnos. pues no. estoy algo emocionada, porque ya soy universitaria, casi, casi. me siento rara, no sé. esa palabra de trece letras que empieza por u y acaba por a, me espanta.

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nací muerta y ahora moriré viva.