han dado las once de la noche en el reloj y lo único que puedo decir es que en nueve horas el reloj volverá a sonar y me despertaré de la cama con una nefasta impresión de odiar la vida,y desearé de todo corazón que los lunes dejen de existir,aunque entonces,los martes pasarán a ser lunes,y entonces también desearé que acaben los martes,pero entonces los miércoles serán lunes,y cuando esto pase,desearé que no existan los miércoles,y entonces la semana empezará en jueves,pero entonces el jueves será como un lunes y el viernes como un martes y el sábado como un miércoles,pero como no quiero que existan ni lunes,ni martes,ni miércoles,no querré que haya tampoco jueves,ni viernes,ni sábado,porque,al fin y al cabo,todo sería como un lunes,y luego sólo quedaría el domingo,pero al día siguiente debería empezar de nuevo,así que prefiero que tampoco existan los domingos,porque entonces sólo habría lunes y domingos,o sea,así que a partir de ahora viviré atemporalmente,y aunque ahora ya sean las once y cuatro de la noche del día treinta de marzo de un terrible domingo,todo me parece inexistente.

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nací muerta y ahora moriré viva.