me voy a la luna en una nave espacial de frambuesa y en el camino recortaré los adioses que dejaré escapar, a al aire, d al aire, i al aire, o al aire, s al aire, cogeré mucha pasta dentrífica para hacer muchas nubes y flotaré entre ellas tarareando canciones de los beatles. volaré mientras esté masticando un chicle caleidoscópico de frambuesa, plátano y manzana caramelada que hace pompas fluorescentes y soñaré cualquier cosa sobre libertad y también leeré comics underground y haré aviones de papel para mandartelos y que pongas ahí tus besos y me los envíes como postal, hola, me marcho ya.

estoy en la parada de un metro que dice llevar al polo sur, no sé si creermelo, pero me quedaré aquí en pijama haciendo decoupage con las cartas de amor que jamás escribí a nadie, y no porque sea insensible, pero haré papiroflexia invisible y moldearé un cisne de plastilina y soplaré y se irá lejos y me enseñará a volar y así podré viajar desde antártida hasta marte en cinco segundos y ya.
delante mía dos hombres que al parecer se llaman Juancho y Pancho increpan a una señorita con falda corta que está de pie a mi lado, y hablan así:

-mírala Juancho qué bonitos ojos tiene, parecen dos caracoles brillando en la hierba tras una tormenta, y esa melena rubia tan refulgente que parece cegar a todo el que se cruce delante suya, y esos pechos turgentes que parecen no dejarse vencer por el tiempo, esas colinas carnosas que saboreo sólo con mirar, aunque estén escondidas bajo ese abrigo, ay, me arrodillo, Juancho, me arrodillo ante esta esplendorosa musa que tanto erotismo expele, qué buena está esta mujerzuela.

-jejeje, qué razón que tienes Pancho, y ese cuerpo de hembra que levanta pasiones hasta al más decrépito y gastado hombre del planeta, además, ¿no ves que ni se inmuta? si en el fondo, le gusta, le gusta que le hablen así, que la alaben tanto, ¿pues qué hay mejor que un buen piropo para una mujer? eso les gusta a todas, que las llames bellas, hermosas, lindas y todos los sinónimos que puedas encontrar en un diccionario.

pobre Juancho, estúpido Pancho, jamás entendí a estos hombres que consideran a las mujeres como estos idiotas, la señorita no dice nada y los putos la siguen molestando, pero de repente la estoy viendo como se da la vuelta hacia ellos y se levanta ese vestido corto que tiene y dice

-Pancho, Pancho, ven, ven, ven que me gustas, Juancho, Juancho, ven, ven, ven que me gustas, mira que tiene esta musa que tanto amais para vosotros.

la señorita resulta ser un hombre disfrazado de mujer y Pancho y Juancho salen corriendo espantados, malditos seais, la señorita señorito se baja el vestido y se abanica la cara y saca una revista de portada amarilla de entomología y se pone a hojearla, tarareando una melodía tan bonita.

me pongo a jugar al parchís con un osito de peluche y de repente me acuerdo de lo que anoche soñé, que me había ido a los estados unidos y aparecí sin querer en un jardín extraño a donde había multitud de muchachas vestidas de blanco llevando flores en la mano para ponerlas no sé dónde y la gente aplaudiendo y yo llevaba flores también pero yo llevaba un vestido violeta y la gente me perseguía por eso, porque mi vestido era violeta y no blanco y no sé qué será eso pero si acaso algo tendrá que ver conque antes de dormirme ví un programa de televisión donde un hombre le pedía matrimonio a su novia y ésta le decía que no, porque este nunca la había llevado a comer pulpos con mostaza al restaurante donde iban todos los enamorados del planeta, pareciéndole a la susodicha lo más romántico que podría haberle pasado. los matrimonios son estúpidos y yo nunca me casaré. nunca podré definirme, si es que ni me importa no hacerlo, pero nací en enero y desde siempre me gustó sumar los números de las matrículas de los coches para ver si es que se dividía entre tres, adquieriendo la máxima perfección todo aquél número que se dividía entre tres, y a los doce años hasta hice una absurda teoría para mí misma si es que se puede llamar así a esa ridiculez, sobre los números que se dividen entre tres llamándola para mí misma algo así como ''teoría de los números perfectos'' y así me cogieron manía las matemáticas, y de vez en cuando me las cruzo por la calle y me sonríen hipócritamente, y yo les saco la lengua y les digo ''malditas, estoy enamorada de vosotras y no me podeis hacer ya mas daño'' pero ellas se dan la vuelta y me dicen ''veras con el tiempo'', sí, me gustan las matemáticas y creo que en la universidad me matarán lentamente.

me tengo que ir por un tiempo
algún día volveré, espero, espero y esperaré

adiós, adiós, hasta luego, hasta luego, hola, hola.


nunca entendí una cosa, ¿por qué las personas tanto se enojan o sufren por sentimientos como el amor o cosas así? si yo te quiero, te diré te quiero y si tu no me quieres, me dirás no me quieres y el cielo seguirá siendo azul, los días de la semana seguirán siendo siete, seguirá habiendo colas en el banco, seguirá habiendo fábricas de chanclas, seguirán existiendo coches rojos, amarillos, verdes, rosas y morados, el sol seguirá llamándose sol, seguiré respirando y seguiré siguiendo. ¿entonces por qué esa melancolía tan contagiosa? me esconderé en un almendro y desde ahí intentaré pescar la tristeza esa amorosa de las personas que pasen por alrededor. hay algunos que tienen sus penas en el bolsillo escritas en un papel, pues les robaré dichas penas y reciclaré ese papel para que se convierta en un nuevo almendro donde puedan trepar más pescadores de penas y ya, hay otros que tienen las penas en el corazón, y aunque sea tarea más difícil, intentaré extraerles esa tristeza convirtiendo mi caña de pescar en sangre con alguna varita mágica sacada de cualquier cuento de hadas, y nada más llegar al corazón, este bombeará sangre con nuevas penas que se mezclará con esa sangre ficticia, y en vez de circular por las venas y llegar al resto del cuerpo, saldrá por el ombligo en forma de aire y volverá a convertirse en caña de pescar y las penas se transformarán en notas musicales. hoy creo que el mundo sería más bonito si todos supiesemos ser felices. pero parece que nos gusta sufrir, maldita sea, nos gusta sufrirnos. pues no. estoy algo emocionada, porque ya soy universitaria, casi, casi. me siento rara, no sé. esa palabra de trece letras que empieza por u y acaba por a, me espanta.

los muñequitos messengerianos son verdes y a veces se vuelven grises, o verdes y con un brazo rojo con una rayita blanca, o verdes y con un reloj de manecillas azules claras en el hombro derecho, aunque desde su perspectiva, es la izquierda. noto como se colocan por orden alfabético dichos muñecos que adquieren vida propia cuando al clickearlos te empiezan a hablar, o a lanzarte besos, o a intentar seducirte o en el peor de los casos, a despedirse de ti con inusuales y jeroglíficas formas y letras de dudoso origen. de tanto observar estos muñecos percibo que mi paciencia se agota, y me sofoco poco a poco, sintiendo una opresión en el pecho, como si fuese a acontecer algo. llevo escuchando la misma canción unos diez minutos, pero es extraño, de vez en cuando de tanto oír una melodía acabo odiándola de pura costumbre, pero después de tiempo sin oírla, me vuelve la sensación de gusto que tenía antes y me vuelve a agradar. creo que me levantaré de esta silla, la pantalla del ordenador parece una freidera y emana un calor tan insoportable, que creería que estoy en el Desierto del Sáhara, si no fuese por estas extrañas arañas que hay al suelo, que creo que jamás se han visto por esos hirvientes sitios, estos bichos pentápedos que de manera tan dulce crean una telaraña terriblemente bella que atrapa mis versos, como si de moscas se trataran, pues estos adquieren alas, pero caen al suelo porque pesan, pesan demasiado por lo absurdos que son. bien pues, cogeré una lupa del aburrimiento y me pondré a contar los cuadrados marrones oscuros y los rectángulos blancos que hay en una baldosa del suelo, ¿qué más puedo hacer en una tarde de verano tan fea? muchas cosas intenté en contra del tedio, en mi tiempo libre me enamoraba, escribía, leía, escuchaba música, tocaba la guitarra, soñaba, pero llegó el día en que me cansé, porque aquello ya se volvía rutina, ¿qué puedo pues, hacer, en días así? voy a escribir un libro, y se llamará “Hola mundo, soy una muñeca messengeriana recién llegada de la Luna que agotó su vida buscando la fórmula exacta de saber con certeza el día en el que nos convertiremos en personas decentes y consecuentes con nuestra existencia y algo más maduras para cuidar el planeta en el que nos encontramos y no permitir que los políticos nos manipulen y engañen’’. ah, y quiero que dicho libro tenga una cubierta verde con el dibujo de un Pinocho aguantando en su nariz una percha de la que cuelgue una bolsa transparente con los pétalos de las margaritas que deshojé en mi vida, diciendo, me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere.

Acabo de salir a la calle y estoy pensando en este mismo instante, mientras ando escribo, sin dejar margen alguno entre el aborto de la idea y su organización y proyección coherente, así que diga lo que diga será un desencadenamiento de palabras espontáneas escapadas de mi mente sin más, como unas culebras de esponja morada salidas de esas bolsas que se ponen en los cumpleaños y que esconden, además de las culebras de esponja, dulces que salen disparados cuando el cumpleañero revienta la bolsa con los ojos atados. ¿Es que acaso estoy buscando una razón de ser? No, no. Por la calle hay muchos hombres con cabezas de ratones que llevan barcos de papel en las manos con canicas adentro, muchas canicas, diría que cientos de canicas, es que hay un campeonato de canicas en el local que hay al lado del striptease donde trabajó la Berta que está en frente de la tienda de sombreros que se encuentra a la derecha del semáforo que está perpendicular a la calle que conduce a la estación de tren que se encuentra detrás de la tienda de peceras que hay en frente de la librería del Paco que es un cornudo porque su mujer anduvo de faldas con el primo mayor del Carlos, hermano de Berta la del striptease y dueño del local en el que se celebrará el campeonato de canicas. Pero para poder participar en el campeonato de canicas, creo que tienes que tener cabeza de ratón, y yo tengo cabeza de cocodrilo y creo que no me dejarán pasar, pero si lo intento nada pierdo, aunque ni siquiera llevo canicas, pero creo que se alquilan. Voy a acercarme a la puerta y hay un vigilante con un gorro de playa en la cabeza y en una mano una placa con letras naranjas y en cursiva que pone ‘’Campeonato de canicas, aquí, campeonato de canicas’’, mientras que en la otra mano lleva un líquido de color rosa, que a juzgar por la textura, diría que es un granizado de fresa, y una pajita de rayas de colores con la que va absorbiendo poco a poco mientras produce un sonido estridente, como suelen ser los sonidos producidos por una pajita que aspira un líquido y que recuerda a una mosca chupadora en una ciénaga. A medida que me voy aproximando, noto como sonríe con más intensidad, conforme me voy acercando, hasta que me encuentro a diez centímetros de él y le puedo ver los dientes y las encías perfectamente.

-Hola, ¿es aquí el campeonato de canicas?

-Sí, ¿nliustid?
- ¿Qué usted habla?
-Dieesisinliustid
-Señor, creo que no lo entiendo porque tiene que vocalizar mejor, tiene usted la boca demasiado abierta y no puede pronunciar bien porque tiene una sonrisa que le lleva la comisura de los labios hasta los ojos.
-Señorita, ¿acaso no lee usted bien? ¿Qué pone en el cartel?
-Perdón, perdón, pero me preguntaba porque me han dicho que sólo pueden pasar los cabeza-ratones, y como ve usted…
-¿Va a participar?
-Sí.
-¿Lleva canicas?
-No.
-Entonces sólo puede ir de público.
-¿No se alquilan las canicas?
-No.
-Bueno, entonces gusté de hablar con usted, buen día.
-Buenos días.

Me alejo de él entristecida y pienso que algunos tienen oficios extraños, me voy al bar de al lado, al entrar me topo con una mujer anciana que tiene un gran bolso color carmesí, me para al entrar y me dice:

-¿Viste tú azul un pájaro con en pico el cesta una?
-¿Qué habló usted?
-Que si viste tú un pájaro azul con una cesta en el pico.
-No, ¿por qué lo dice?
-Porque me robó el maldito los recuerdos.
-¿Cómo pasó?
-Pues había metido yo aquí en este bolso mis recuerdos, en una cesta porque venía de lavarlos e iba a hacer la colada pero me crucé con el maldito pájaro y se llevó el maldito mis recuerdos en el pico.
-Ah, no, lo siento, no lo vi.
-Espero bueno pues pronto encontrarlos.
-¿Eh?
-Que espero encontrarlos pronto.
-¿Por qué habla usted así?
-Dicen que hablar con hipérbatos rompe el mal de ojos.
-Que le vaya bien y encuentre pronto al pájaro.

Entro en el bar y pido un té de menta y hielo, tanto hielo que al derretirse se sobresale de la taza, mancha la mesa y el té forma un charco color marrón oscuro que tiene forma de bota, el camarero me mira mal, me bebo el té que queda en la taza, me voy de ahí, al salir me encuentro con un chico y pienso que es el amor de mi vida, me choco con él a posta, me mira mal, me dice lo siento, le digo no pasa nada, nos damos la vuelta, nos vamos, nos giramos de nuevo, nos acercamos el uno al otro, nos besamos y nos volvemos a marchar, se me acorta el oxígeno, mi corazón se sale de la caja torácica por la boca, se queda en el aire porque tiene un mecanismo en contra de la gravedad y no cae, y late tan, tan, tan, tan, tan deprisa y con el ritmo de un tango que suena muy alto, tan alto que el amor de mi vida se vuelve a dar la vuelta y bailamos al son de mi corazón, vuelvo a respirar y el corazón me vuelve al pecho, nos separamos de nuevo sin decirnos adiós, sigo caminando y llego a mi casa, enciendo la radio y hay un discurso del Ministro que dice que la economía cada vez va peor, una mosca de seis patas se coloca sobre la palma de mi mano derecha, me hace cosquillas y la vida sigue igual.

[ Oficina del director de la compañía de gas, las dieciseis horas de un lunes de un mes cualquiera y un año cualquiera ]

toc toc

-hola Luna, pasa, te esperaba.

hola

-¿como andas?

bien

-que te quiero

¿cómo dices?

-¿andas sorda o qué te pasa?

no

-¿entonces?

que me espantas

-pues eso

¿por qué me dices eso?

-porque te imagino

¿como que me imaginas?

-que te quiero

estás loco

-mina

¿qué?

-¿como que qué?

que qué quieres

-ah

¿como que ah?

-mina

vos te volviste loco

-tengo acá cinco billetes

¿cómo dices?

-que tengo plata para tí

¿qué?

-que te desnudes para mí

vos te volviste loco

-oye

vos te volviste loco

-oye

adiós tarado

-Luna, no te vayas, sólo quería bailar contigo.

estás loco

-oye

adiós



(saliendo fuera)




el amor no existe,
el amor prevalece
ante las locuras
de quienes lo padecen.




[La secretaria golpea la puerta] :

señor, dicen que llaman de correos, que tienen una carta urgente para usted.

-no tengo tiempo, díganles que estoy en una reunión importante

como guste.

[5 minutos más tarde]

toc, toc, toc


-hola señorita Griselda, no la esperaba por aquí

hola

-bueno, cuénteme

Lope

-qué

que le quiero

-vos te volviste loca, ¿por qué me decís eso?

no le digo nada más

-¿entonces?

oiga

-qué

que le imagino

-vos te volviste loca

oiga

-oigo

que le amo

-ah

¿como que ah?

-que yo no te quiero

oiga don Lope

-qué

que tengo cinco billetes

-¿eh?

que tengo cinco billetes

-¿qué?

que te desnudes para mí, Lope

-vos te volviste loca

que solo quiero bailar contigo, Lope

-vos te volviste loca

oye

-qué

que te quiero

-fuera, tarada



el amor no existe,
el amor prevalece
ante las locuras
de quienes lo padecen.



[Fuera, al mismo tiempo, suena el teléfono, y la secretaria descuelga]

¿hola,quién llama?

-hola gatita, necesito urgentemente un masaje de esos que dices dar, ando vacío de amor y necesito descargar mi libido

¿cómo dice usted?

-oh, venga, dale, dale

aah no señor, usted se equivocó de número, esto no es una línea erótica, es la companía de gas, está hablando con la secretaria del director Don Lope Marcelino Brimbero Rubeolitis.

-disculpe señorita, me disculpa mil veces, por favor, retiro lo dicho, perdóneme usted la descortesía y la vulgaridad, me he debido de equivocar de número

no pasa nada,señor

-que le vaya bien, y discúlpeme de nuevo

adiós

[La secretaria, cuelga, y tras diez segundos descuelga de nuevo]

al teléfono Pepita Miraflores, ¿dígame?

-hola gatita, necesito urgentemente un masaje de esos que dice dar usted,ando vacío de amor y necesito cargar mi libido

¿otra vez usted? ya le dije que esto era la compañía del gas del señor Don Lope

-¡ay! perdone, perdone de nuevo, ¡qué mal anda la línea telefónica! he vuelto a confundirme, ¡lo siento!

señor, será que usted se equivocó de número, ¿no cree?

-a ver, ¿este es el 012997834?

no, señor, este es el 012997839

-¿puede repetir más despacio si no le importa?

0…1…2…9…9…7…8…3…9

-no pues, imposible, yo marqué el 4 al final

debió equivocarse, sino, no habría llamado nuevamente aquí

-señora, le digo que marqué bien

ande y vuelva a intentarlo

-¿está usted ocupada?

estoy trabajando


-¿no puedo robarle ni un segundo más?

¿no me estará haciendo usted proposiciones indecente?

-no no, sólo preguntaba

pues el caso es que estoy trabajando

-el trabajo es cruel hoy en día con tantos impuestos

ya ve usted, y si encima tiene que mantener familia peor pues

-¿tiene usted familia?

no, pero lo decía en el supuesto de que así fuese, nos quejaríamos más, de seguro

-pero sabe usted que no pasa nada por quejarse, sale gratis

eso dicen

-oiga

dígame

-que me gusta su voz

ah

-oiga

dígame

-que me gusta su voz

ya lo escuché una vez, señor, ¿por qué repite, acaso espera que le diga lo mismo?

-no pues, solo que me gusta su voz, es dulce como el jarabe para la tos y suave como una esponja para los pies.

pero no hace falta que lo vuelva a repetir, ya lo oí.

-sí, pero si lo repito es para que usted hable más, y así la escucho más para que se me ocurran más ideas de retratar su voz, ahora se me viene a las mientes que se parece a la de Greta Garbo.

¿cómo es que me dice semejantes disparates?

-oiga, que solo le digo que me gusta su voz.

¿me está usted adulando?

-para nada

ya, ¿pero qué maneras son esas de hablarle a una desconocida?

-pues porque da gusto hablar con alguien como usted

gracias , pero debo colgarle que tengo que esperar una llamada

-¿qué llamada?

del polo norte

-ah

¿qué ah?

-nada, nada.

bueno

-¿qué es bueno?

nada, nada

-¿está usted bien?

desde luego

-¿entonces nos vemos a la hora de almorzar?

¿como dice?

-que me gustas

usted se volvió majara

-paso a recojerla

adiós, que le vaya bien

-si quiere queda…[la secretaria le corta, colgando]

el amor no existe,
el amor prevalece
ante las locuras
de quienes lo padecen.

[Después de diez segundos]

ring, ring, ring

-ande y por favor, escúcheme solo dos segundos

está bien, hable pues

-que me gusta su voz y creo que me he enamorado de usted

¿está usted bien de la cabeza?

-sí, perfectamente, andaba buscando una compañía sexual y por azares del destino me encontré con usted, creo que estamos predestinados a amarnos para toda la vida

no conoce nada usted de mí

-qué me importa, su voz es magnífica

démosnos un tiempo, llámeme mañana a la misma hora

-ok

cuídese señor

-adiós, Pepita de mi corazón.

[La secretaria cuelga]


el amor no existe,
el amor prevalece
ante las locuras
de quienes lo padecen.

[El director sale de su despacho]

-Pepita

digame señor Lope

-me parece que el mundo hoy se volvió loco

habla cierto

-oye

dígame señor

-que he de mandar una carta al presidente de la Federación
Internacional del Gas.

¿para qué?

-nada más que les diré que me despido de acá

¿cómo dice eso?

-hoy me he enamorado una vez y me he desenamorado dos veces, entonces seguro que me tocará enamorarme una vez más para que compense los dos desenamoramientos, además, dicen que a la tercera va la vencida, y tengo miedo, tengo miedo, Pepita

ya pues, es así de extraña la vida

-Pepita

dígame

-¿me acompaña usted a fumar?

está bien

-Pepita

dígame

-yo en realidad la quiero a usted

señor

-dígame

yo no fumo

-ah

ah.

el amor no existe,
el amor prevalece
ante las locuras
de quienes lo padecen.

all you need is love, all you need is love, love, love is all you need, suena más allá de mis tímpanos y siento que alcanza mis córneas ese sonido que huele a lejanía, tengo constantes deja-vus y creo que poco a poco iré perdiendo la confianza en toda persona, ah, no, no es por mi carácter misantrópico, simplemente desprecio la hipocresía humana y ya, no hablaré más, porque mis palabras acaban pasando todas por una picadora de carne y duele ver cómo acaban convertidas en una viscosa masa de frases, diría más bien albóndigas de sílabas heridas por la intolerancia del verano, qué calor hace, maldita sea, se están derritiendo hasta mis versos, pues mejor, tampoco creo que echaré de menos gran cosa.

supongo que de vez en cuando debería prohibirme a mí mismas ciertas cosas, como por ejemplo no exaltarme tanto ni ser tan sensible y emocionarme tanto para nada. creo que de vez en cuando echo de menos ser algo menos intransigente y siento que estoy acabando con mi propia paciencia. no, no, no, cada día estoy más harta de las políticas racistas de este contitente y me siento oprimida, pero yo quiero ser libre, no sé, nada hay más bonito que sentarse en la hierba y callar para embriagarse con el silencio, sólo turbado por el resoplido de los pajaritos. y ya no volveré a contar las horas para dormir ni para despertarme luego, porque caería presa del tiempo y pues eso es terrible, no quiero vivir en una espiral porque me acabaría mareando y sintiéndome como en una atracción que da vueltas sóla, sin parar.

ultimamente estoy oyendo a los beatles todo el día y me da por colorear esos cuadernos con dibujos de ardillas y flores sonrientes que coloreaba de pequeña, aunque de vez en cuando me detengo, como si alguien me llamara, porque escucho los resortes de mi corazón sonando como un vago rumor que me desconcentra, entonces sé que es porque pienso en tí, qué lejos estás, diría millones de kilómetros, pero los recorrería a pie sólo por verte y que me invitaras a un granizado de melocotón a las orillas del oceáno pacífico, ¿sabías que ocupa una tercera parte de la superficie de la tierra? no sé qué me está pasando ultimamente, apenas pude percibir un hola en tu mejilla y tengo ganas de saltar como una loca.

tengo ganas de comprarme un chicle radiactivo y que haga una pompa tan grande que llegue al cielo. y cuando explote que salgan hormigas fucsias. y que vayan subiendose por mis piernas hasta llegar a mi pelo. y que mi pelo se convierta en esos gusanos dulces que se venden en la tienda de gominolas. es que de vez en cuando soy absurda. está saliendo el sol y tengo ganas de irme a un cine al aire libre sóla a ver una película de aliens y dinosaurios radiactivos y comer palomitas y tirarlas a la pantalla cuando salga alguien que no me guste. constantemente estoy haciendo polisíndetos y mi corazón está algo torpe ultimamente. siento que palpita entre mis dos pulmones como una montaña rusa. a veces bostezo y se me sale del pecho y va girando hasta llegar a una alcantarilla y ahí se cae, aunque no parece disgustarle. vaya, parece que estoy algo despechada, pues no. tengo unos cocodrilos de goma rosa en mi mesita que parece que se burlan de mí cuando me pongo triste, sí, de esos que se parecen a esas salamandras de bolitas multicolores unidas entre sí con hilo dental. me estoy limando las uñas de los pies, y es cuando mejor pienso. mi gata estornuda y por la ventana entra un olor que me recuerda a la tarta de calabazas que hacía mi abuela. hm...ultimamente condenso mi vida para que mis días puedan caber en una cajita musical de madera que me regalaron al nacer.



una telaraña se bifurca en mi lengua y se convierte en una constante rapsodia de groserías en escala re menor. caen colores del cielo y poco a poco oscurece, siento que este verano está inyectando bajo mi piel su veneno. ojalá los domingos olieran a regaliz de fresa. creo que mi tiempo libre está empezando a tener sabor a chicle. Chicle masticado cien mil veces. En la radio Iker Jiménez habla de fantasmas, ay mira, es cierto, detrás de la puerta estoy viendo una extraña sombra que tiene forma de cromosoma Y, quizás sea un ovni se haya convertido en aire y ahora esté inflitrándose entre mis alveolos pulmonares, y luego me transformaré en oxígeno. que así sea y flote en el aire y me marche hasta ser inspirada por tu boca. Vuelvo a hablarte a tí...y tú nisiquiera estás ahí.
escribo excentridades mientras miro una película de zombies que se regalan rosas por San Valentin, me caen lágrimas de los ojos porque me siento enferma de la vida y me niego a aceptar mi propia verdad.

No estoy ahí.

ya me encuentro libre de exámenes, pero soy una estúpida nostálgica y así me siento ahora mismo, echando de menos aquéllo que me parecía pesado y feo hace unos días. creo que la vida se me esta escapando y soy consciente de ello, aunque me estoy volviendo tan tan tan tan tan tan tan cansada de mí misma y creo que se han hartado de mí hasta los cocodrilos de goma que hay en mi mesilla que parecen que se burlan de mí cuando estoy triste...y no estoy dando vida a las cosas inanimadas...jamás

en fin, supongo que no me queda más que los mosquitos que hay en mi pared como compañía y fuente de inspiración para mis ridículas poesías pseudoamorososas. lo digo porque me gusta escribir sobre el amor cuando no estoy enamorada. si es que nunca jamás lo estuve. pero aún así, supongo que me gusta inventar un sentimiento e imaginármelo, aunque claro que no me sienta ni bien, ni mal.

está lloviendo y tengo ganas de irme a un cine al aire libre sóla a ver una película bonita y comer palomitas y tirarlas a la pantalla cuando salga alguien que no me guste

Una mujer andrógina embarazada ingiere moscas postrada en una ventana. La soledad se dilata sobre su vientre y se convierte en un colosal embrión de sentimientos. Un semáforo parpadea y siempre la misma mierda que se mezcla con el humo elíptico de esta vida, pero no, no se puede hacer nada. Un mosquito se posa sobre mis rodillas y supongo que en cualquier momento puedo morirme, aunque me reconforta saber que es cosa de la vida, y que algún día tendrán que detenerse los relojes de nuestros corazones. Un pulpo de algodón se desliza sobre el suelo, creo que no volveré a perder el tiempo, y menos en vísperas de aquéllas cosas que pueden decidir mi futuro, y no es cosa sin importancia la desilusión. Un acordeón senil suena en la habitación de esquinas ultravioleta, y siento que estas paredes son demasiado pequeñas para algunas cosas, aunque reconozco que el amor siempre se nos acaba escapando de aquí. La rutina se encarna ahora en un ridículo programa de televisión, la basura se vende en frascos catódicos y rebajada a la mitad, pero eso a nadie le importa, sospecho que nos hemos convertido en muñecos teledirigidos y somos demasiados vulnerables al dolor para darnos cuenta. Ring, ring, suena el teléfono, no quiero hablar de mí, pero una mujer me suelta un recital de ofertas y yo le digo que necesito sentirme libre; pero ah, me río por dentro, pues su voz es una buena inspiración, y creo que escribiré una obra de teatro sobre ello. Tengo tantos proyectos hirviendo en mi médula como una nebulosa volcánica, pero maldita sea, el tictac del reloj me despierta y siempre acabo dándome cuenta de que sólo somos unos pobres ilusos en un mundo frustrante. Un terrible adiós cuelga de mi lengua, golpeando el teclado verbal de mi boca, queriendo escapar de la cárcel de mi silencio para posarse sobre los labios del presente. Pero no, no quiero seguir siendo incoherencia y desearía convertirme en una termita para poder trepar al infinito. Saldré de aquí porque siento una presión en mis pestañas, pero sé que allá fuera mis tímpanos se atragantarán con las mismas porquerías de siempre, ''come here, have a drink, come to my bedroom, I really like you'', y nuestras vidas se convierten en guiones de películas románticas americanas.

no sé,
no sabría,
no supe
ni habría sabido
saber ser,
no.

Robert Johnson me gusta.You better come on in my kitchen. Quiero ser bailarina de cabaret. Ya es junio y pienso irme de vacaciones lejos, lejos, lejos, lejos. A veces creo que debería ser menos imbécil, por mi bien, no por lo demás, porque eso no me importa ya tanto. Lo despreciable visualmente se vuelve indiferente, una prudente manera de evitar la mediocridad. Hmmmm...Anoche soñé que me convertía en una mosca y aparecía en la habitación de un ex amor. No me gustaría ser una mosca y menos aparecer en la habitación de ese ex amor, porque hay personas que son tan estúpidas que es mejor no volver a verlas. Creo que estoy bien, aunque estos cambios repentinos de humor me dañan el estómago.

Llevo coleccionando en mi corazón tantos sentimientos que siento que pronto me estallará encharcando mis pies. Ah, y volarán mis años como cohetes a embarazar el vientre del recuerdo, para que no perezcan jamás. Y como fruto de ese recuerdo crecerá un pilar cubierto con todos los sueños que tuve, alguna vez, y no llegaron a desembocar en los ríos de la realidad.

no sé, es una extraña sensación, necesito desmenuzarme y volver a formarme
con pedacitos de nieve,
flores de lila,
olores a primavera,
todo cuanto conservo de mí
perece en el mismo recuerdo
volviéndose olvido,
autofagocitándose,
no sé,
a veces sólo necesito saltar a la comba,
jugar a la rayuela
y bailar en una noche de verano,
guiada por el humo mareante de un dulzor nocturno
que emerja del vientre de la tierra,
de mi tierra,
pasado lejano,
futuro fugado,
ilusión presente.
sólo necesito
fragmentarme en mis propios días consumidos
de alegría
y volver a renacer
cubierta con el polvo ceniciento del recuerdo perpetuo
de mis pasos.
no sé,
sólo quisiera colorear semáforos en el cielo,
barquitos en el aire,
versos sobre mis labios,
sólo correr,
y antes de que anochezca
y la oscuridad temible de esta realidad
se cierna sobre mí,
desearía besar con mi corazón
este sabor a vida desdibujado sobre la sien de mi ayer,
sólo un segundo,
sin regresar.

Se bifurcan nuestros sueños
en hileras de telarañas
que copulan en el cielo
sobre nuestras pupilas inundadas en lejía.
Estrellas gigantes bicéfalas
adormecidas sobre tu pecho
nos abren un camino convexo
hacia la oscuridad de una mañana ahogada
en la luz crepuscular de nuestras mentiras.
Y sobre los huesos de mi cadera
cruje tu corazón de plastilina recia,
drogado con el ácido sulfúrico que cae de las cuevas de mis ojos
hambrientos de los ríos de tu sinfónica sonrisa.
Mueran mis ojos hoy.
Mueras mañana en mí.
Muera mi corazón que no deja de escupir por esas branquias
el veneno que aborta de sus entrañas,
ese dolor que es mecido por tus dedos
que queman mi vida
como sanguijuelas de plomo ardiendo
sobre la lava del volcán de mi sufrimiento.
Mañana serás un recuerdo

colgado de la pared de mis venas
que buceará constantemente
entre las piedras ácidas de mi cuerpo,
y sentirás este sabor a vida
quemando la deformidad de tu amor.
Mañana volverás a mí,maldito necio,
porque yo no volveré a tí
jamás.

si tu supieras
cómo
me siento
volverías
a
mí,
maldito
tiempo.

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nací muerta y ahora moriré viva.